Ciudad de penas

Ciudad de penas
Habitación muda de rencores
Mezquindades escondidas
Entre otras mezquindades…
Odio marginal
Amor desesperado
Vampirizando el éter
Por sobrevivir.

La misma moneda
Radicalizaciones de un límite
Coartadas las movidas
Desde el epicentro
Castradas de la voluntad de dar.

¿Es la carencia una excusa para oprimir?
¿Cuándo el valor se usa solo para seguir?
Vendadas las rutas
En la ceguera la mismidad.

Si desenmascaro tus faltas
Seré un blanco para curtir mi rostro
Quebrar mis huesos
Y cubrirme de olvido.

Borrarás mis huellas
Para no sentir tu dolor,
Usarás mi beso y mis caricias
Para llenar el vacío…
El hueco de tus ojos
Y tus mentiras… de la vida.

Si permito que vivas
Engullirás a otro
Que ilusamente dará de si
Para levantar tus castillos de naipes
Te mataré por amor
Para limpiar tu horizonte de miserias.

Porque te amé y no pesaste
Ciego y mudo
Tullido en la comodidad,
Porque amante arco iris…
Desteñiste,
En el cansado surco
De lo cotidiano
Fuiste tibio, tembloroso y cobarde.



Compartimos el pesar
Y no cambiamos nada.
Te liberaré de tu mediocridad
Porque hay manzanas
que nunca han de germinar.

la marea

Estaba seca,
Sólida y estoica
Resistiendo…

Ablandaste sus raíces,
Socavaste seguridades,
Llenaste todo con tu todo
Quebróse…
Sintió miedo…
Y sintió la vida,
Brotaban de sus ojos
Como si fuese imposible detenerlas.

Sintió demasiado,
Golpe seco y retirada.
Quedóse viva, sintiendo
Presta a revivir el momento,
Analizando que es mejor…
¿La apatía de su insensibilidad?
O esta carga de destellos imparables.

Decidió quedarse
Dejó a la vida y a su amor
Por dentro, vivos
Regodeándose en su impulso,
Reviviendo la marea,
Esperó…por siempre.

El y la muerte

Como tantas otras veces
Gira y gira la vida,
La aguja del destino cose y cose
Y no deja margen
Ni posibilidad de volver atrás

Cambia el hombre
Muchas veces de rumbo
Tuerce, cruza y desvía
Un día se levanta y en sus manos
Carga cosas nuevas,
Las maletas ya viejas, repletas y gastadas
No son las mismas
Que llevó en su primer viaje.

La cabeza calva y vieja la piel
Y una mente llena de recuerdos,
De aquellas flores de naranjo
De los viajes a la playa con su tata,
El día en que desposó a María
En fin, una que otra muerte a cuestas.

El hombre, ya cansado y viejo,
Se sentará en su sillón,
En su único sillón
Tendrá frío, pero aún esperará
Y esperará aún más.

Sin pena ni gloria
Y sin avisar siquiera
La muerte llega.
Beberán lentamente el veneno
Justo a la hora del té
Ahora podrán ambos descansar…

…La muerte de seguirlo,
El hombre de esperar.

Escrito en 1992. Han pasado tantos años y el sillón se acerca cada vez más,
No se si es miedo o ansiedad de esperarla, pero cada vez la copa se siente más dulce.

Puedes

Puedes salvarme de ti
Más no borrar tu huella,
Puedes librarme de ti
Más no puedes destejer
El misterio

Misterio…
Que se cierne entre los huecos,
De este bosque crepuscular
Húmedo de musgos
Que cuelgan de tus manos.

Bosque donde paseo
Sintiendo el golpe del viento tibio
En mi cara,
La luna envuelta en sueños
Me ilumina
En un sendero sin retorno
Oculto…
Al lado del camino
Siento que me llamas.

Imagino

Imagino
que tras de mí hay un mundo,
un mundo inacabado
momentos y silencios
arrasados por el tiempo,
aburridos de ser lo que fueron
extasiados contemplándose
en el eco de una primera vez.

Nada de lo que fue
puede ser ahora
y todo es posible de ahora en más…

Mar, más luz, más calor
Más abrazos…
más palabras que discursan
solas en mi mente,
( se relatan presentes)
Que atesoraré…nuevamente.

Nada de lo que soy seré mañana
Todo y nada
Es lo que soy.

Imagino que tras de ti
Hay un mundo
Lleno de todo y nada…
Mar, más luz, más calor
Más palabras.

En el cruce de nuestras nadas
Surge un mundo
Rozándose
Luchando por ser más o expirar
Inevitablemente.

Escondida en mi alegria

Hoy solo quiero morir,
Anhelo desaparecer
Que las olas borren mi rastro
Y despejen mi rostro de mi nombre…

Sollozar hasta caer desfalleciente
Que se seque la sangre
Coagulando mí aliento
Y perderme…

En la nada y no ser,
No sentir
No desear, no sufrir
Suprimir los pasos en el tiempo
Las huellas en la grava
El tic-tac de mi pulso
Gritar hasta enmudecer…

Desaparecer…
Caer y caer
Hasta torcer mis manos
Y no levantarme más.

Asimilar el tiempo
En un suspiro
Soplar el panadero de mis sueños,
Sacar el corcho de mi envase
Evaporarme risueña en el viento
Y el susurro de la estación.

Recorrer el aire
Como partícula de aroma
De lo que he sido
Y no regresar jamás…

Para no asimilar que muero
En el clamor de
Una voz que tiembla
Temerosa…
Como nunca he admitido,
Cobarde…
Como nunca lo he creído
Perdedora…
Del sueño que fue nota en mi ilusión

Morir, muerte, matar
Desmoronar, demoler, derribar
Desaparecerme y olvidarme…
Para ser otra, otro tiempo
Otra silueta en el horizonte
De otro mundo.
Que la lluvia lave el enigma
Que fue secreto de mi esencia
Para que nada ni nadie me recuerde
Para ser conciente de que no he sido.

¡De que valió la lucha,
El eterno crujir de dientes!
El disparatado motor de mi energía…
Si ya nada será como creí que era
Y fue mentira…

Mentira en el encaje de tus besos
Mentira en el deseo aterciopelado
Aguijón de tus tormentos.

Abandono la playa, el río,
El oasis de lo que fingí adorar
Porque sabía que era murmullo de nada
En mi existencia.

Quiero caer cuesta abajo
Rodando,
Y en cada quebrar de huesos
Recordar que aún sigo viva,
Porque de las cenizas he de forjar
Una nueva imagen…

Como hago cada día
Sonriente,
Mientras muero por dentro
En las tinieblas tortuosas
Del anonimato…
De la voz que sufre
Escondida en mi alegría.